29.11.11

Diciembre.

Quiero ponerme leotardos, ugg, jersey, bufanda al cuello y escarparme. Pasar horas, perder el tiempo, en el banco de Gran Vía. Poder permitirme el lujo de perder una sola tarde de mi vida en contar cada lunar de su cuerpo.  Esperar con impaciencia a que se haga de noche en el centro de Madrid y que cada bombilla de color rosa, amarilla o verde nos ilumine. Mientras comer chocolate caliente y churros porque es lo más común en un mes como este.  No poder andar por Sol debido a las millones de personas que hay y observar el "árbol de navidad de luces" que ponen cada año. Mirar con detenimiento y fascinación a los roqueros con mayas y taparrabos de leopardo que se colocan con sus harleys en el McDonald's de Montera. Acabar haciéndonos millones de fotos absurdas y que solo nos valga la que sale el edificio de Schweppes de Callao en el fondo. Obligarle a entrar al espectacular H&M de Gran Vía. Comprarte un gorro de Papa Nöel en la Plaza Mayor que solo sirva para ese día y luego vaya a parar al armario de los recuerdos. Calentarte las manos con un sobre de castañas calientes esas es que dejan la lengua aspera. Visitar Cortilandia e inevitablemente cantar esa canción tan pegadiza. Y acabar esta tarde perfecta con un beso en los jardines del Palacio Real iluminado.







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